domingo, 14 de abril de 2013

Mamá que ama: la crianza con apego

La crianza con apego o crianza respetuosa es un término que acuñó el pediatra William  Sears, basándose en los estudios del psicólogo Jhon Bowlby, que formuló la Teoría del Apego.

La tesis fundamental de esta Teoría dice que el estado de seguridad o ansiedad de un niño es determinado en gran medida por la capacidad de respuesta de su principal figura de afecto, que suele identificarse en la mayoría de los casos con la madre.

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 La crianza con apego se basa en elementos estudiados por psicólogos, pediatras, psiquiatras, y muchos otros profesionales de las áreas de la educación y la salud:
  •  Prepararse para el embarazo, el nacimiento y la crianza. Vivirlo de manera consciente para proporcionar a nuestro hijo un ambiente tranquilo y feliz donde poder desarrollarse.
  •  Alimentar con amor y respeto. Se promueve la lactancia materna a demanda por sus conocidos beneficios para el bebé, pero cualquier madre que de el biberón (como es mi caso, ya sea artificial o materno) puede hacerlo con el mismo cariño que una que da el pecho.
  •  Responder con sensibilidad a las demandas del niño. Promueve la confianza y el establecimiento de un fuerte vínculo.
  •  Contacto con el niño. Le proporciona cercanía y afecto, además de satisfacer su necesidad de estímulos; un buen momento son los masajes tras el baño o cogerle cuando lo demanda para consolarle o jugar.
           
  •  Porporcionar amor y cuidado cariñoso constante. Los bebés y niños necesitan contacto físico y afecto durante todos los momentos de su desarrollo.
  •  Practicar la disciplina positiva. Se basa en la empatía, en el respeto y en fijar límites que sean adecuados a la edad del niño, tanto física como psicológica.  Así evitamos expectativas poco realistas, frustraciones innecesarias y fomentamos la confianza en sí mismo.
  •  Intentar un equilibrio entre la vida personal y familiar.
Resumiendo, criar con apego no es más que seguir nuestros instintos como madres y padres, como mamíferos que han vivido en tribu y en comunidad durante miles de años, escuchando nuestro corazón y amando y respetando sin condiciones a nuestros hijos.

Para mí, todo lo que vaya en contra de lo que nos dice el instinto: dejar llorar a los niños hasta el agotamiento, obligarles a dormir solos porque lo dice un doctor de renombre (no le voy a dar ni publicidad), saltarse sus rítmos de desarrollo (porque en un mes concreto tiene que dejar de usar el pañal), es un crianza irrespetuosa y en muchos casos, y en mi opinión personal, llegaría a calificarla de violencia contra ellos.

Amemos a nuestros hijos, son el mejor regalo que nos ha dado la vida.

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